Aquí en la Sarandí.
Otro día más que espero Aquí en la Sarandí.
Roberto – sí, de las Carreras –, grita como siempre su
locura.
Abajo Julio encerrado entre la morfina y las palomas.
Vamos a La Torre.
Por suerte, todavía no hay rambla ni ningún adefesio arquitectónico.
Solamente la espuma del mar y de las rocas.
Lautréamont incrustado en la Calle Ituzaingó.
Esquivo la cara de asco del matemático. Pone entonces una
voz meliflua y recita:
«Jorge Atilio Barsinieri, del que se ha dicho que supo
contraer el así llamado vicio amazónico, fruto del penetrante y abrazador
calor de la selva. »
Repite de nuevo la reseña del personaje, ahora sí con voz
cansina.
Sigo aburrido, caminando.
Me suicido otra vez.
Hasta mañana.