Video de la presentación de libros sobre la socio-espacialidad.

viernes, 26 de mayo de 2017

Presentación del Libro: “70 años de suicidio en el Uruguay: 7 disciplinas, 7 entrevistas y 7 encuentros.”
































Presentación del Libro:
“70 años de suicidio en el Uruguay: 7 disciplinas, 7 entrevistas y 7 encuentros.”
Día y Hora: 
Jueves, 8 Junio 2017 - 09:00
Lugar: 

Salón de Actos del edificio sede de ASSE en Montevideo.


Organizan:
Facultad de Medicina, Facultad de Ciencias Sociales, Facultad de Humanidades y C. de la Educación, Facultad de Información y Comunicación, Facultad de Psicología de la Universidad de la República y la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de ASSE
La presentación se realizará el 8 de junio a las 9 hrs en Salón de Actos del edificio sede de ASSE en Montevideo, Av. Luis A. de Herrera 3326.

Participarán por la Udelar: Cristina Larrobla, Pablo Hein, , Alicia Canetti, Cristina Heuguerot, Víctor González, María José Torterolo, Leticia Rodríguez
Por ASSE: Gabriela Novoa y Marisa Schulze Grupo de Comprensión y Prevención de Conducta Suicida en el Uruguay.

El libro apunta a sensibilizar y proponer un debate sobre el suicidio en Uruguay, como un problema de la salud colectiva que sólo podrá ser resuelto con la participación y comprensión del conjunto de la sociedad. Surge a propuesta del Grupo de Investigación sobre Comprensión y prevención de la Conducta Suicida de la Udelar y es financiado por el Programa de Comprensión Pública de Temas de Interés General, Art.2 – Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC).
Sus autore/as son la Dra. María Cecília de Souza Minayo y siete investigadores/as que escriben desde sus saberes particulares para contribuir a la generación de una cosmovisión propia de este fenómeno complejo: Dra. Alicia Canetti (Psiquiatría), Dr. L. Nicolás Guigou (Antropología), Dra. Cristina Heuguerot (Historia), Mags. Pablo Hein y Víctor González (Sociología), Mag. Silvana Contino, Dra. Cristina Larrobla y Lic. Ma. José Torterolo (Psicología), Mag. Pablo Hein y la Lic. Leticia Rodríguez (Demografía) y Dr. Gustavo Turecki (Centro de Investigación en Psiquiatría y Biología).

Entrada LIbre

miércoles, 24 de mayo de 2017

Llamada para resúmenes/ Chamada para resumos/ Call for Papers/ Grupo de Trabajo - Memorias afro e indígenas: narrativas, resistencias y producciones identitarias de las singularidades culturales en los Estados-nacionales latinoamericanos.



Llamada para resúmenes/ Chamada para resumos/ Call for Papers 

Jornadas Académicas 2017 de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
VII Jornadas de Investigación; VI Jornadas de Extensión y V Encuentro de Egresados y Estudiantes de Posgrado

11, 12 y 13 de octubre de 2017
Llamado a resúmenes/

Grupo de Trabajo - Memorias afro e indígenas: narrativas, resistencias y producciones identitarias de las singularidades culturales en los Estados-nacionales latinoamericanos.
Grupo de Trabajo nro. 62.



Coordinadores: Dr. L. Nicolás Guigou (Departamento de Ciencias Humanas y Sociales, Instituto de Comunicación, FIC, Udelar/ Departamento de Antropología Social, Instituto de Ciencias Antropológicas, FHCE, Udelar, Uruguay), Lic. Eliana Lotti (Maestría en Antropología de la Cuenca del Plata, FHCE, Udelar, Uruguay), Martín Iguini (Licenciatura en Ciencias Antropológicas, FHCE, Udelar, Uruguay).

Objetivos.
El objetivo de este Grupo de Trabajo (GT) es indagar las memorias de los grupos indígenas y afros tanto en el Uruguay como en los países latinoamericanos. Se trata de ahondar en estas memorias a través del estudio antropológico de las narrativas de dichas singularidades culturales en términos de temporalidades peculiares, modalidades de resistencia y formas de producción identitaria en el marco del Estado-nación uruguayo y los Estados-nacionales de la región.

Fundamentación y líneas temáticas.

La fundamentación de la temática de este Grupo de Trabajo se encuentra en la relevancia de los estudios antropológicos sobre las narrativas de grupos indígenas y afros en América Latina, y de manera incipiente, en el Uruguay.
El Grupo de Trabajo pretende incentivar el encuentro de investigadores estudiosos de las memorias colectivas y sociales asentadas en los mencionados grupos étnicos, considerando como fuente principal de estas memorias la producción de narrativas en la configuración temporal de sus identidades. Asimismo, el Grupo de Trabajo procurará colaborar a sistematizar a través de las diferentes investigaciones que se presentarán al mismo, las temporalidades narrativas productoras de identidades en el marco del fenómeno contemporáneo de las llamadas re-emergencias étnicas, la conformación de discursos minoritarios y de resistencia en el marco del Estado-nación, y la re-elaboración narrativa de las singularidades indígenas y afroamericanas a partir de las variadas modalidades de reconocimiento que las mismas han venido experimentando por parte del Estado y actores de la sociedad civil.

Líneas temáticas:
Identidad, memorias y narrativas.
Memorias y resistencia.
Memorias y relatos de los Estados-nacionales.
Los resúmenes deberán tener un máximo de 300 palabras y hasta cinco (5) palabras claves.
Fecha límite de envío: 30 de junio de 2017.
Los mismos deben ser enviados por formulario electrónico entrando al siguiente link:


con copia a los correos electrónicos de los coordinadores del Grupo de Trabajo:

Dr. L. Nicolás Guigou

Lic. Eliana Lotti


Martín Iguini


Información general de las Jornadas 2017 de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación:
http://www.jornadas.fhuce.edu.uy/

jueves, 11 de mayo de 2017

Francisco: Entre la religión, la política y la cultura.

Verónica Roldán y Alejandro Frigerio (Eds.) El Papa Francisco en América Latina.
Editorial Biblos, 2017. 


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La Argentina católica de los años 2000, antes y después del papa Francisco
Verónica Roldán

Francisco en el imaginario utópico de la Argentina: una aproximación desde la cultura, la persona y la esperanza colectiva
Gustavo A. Ludueña

-Estéticas de la pertenencia: el “fenómeno Francisco” en la cultura visual argentina

César Ceriani Cernadas

-Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro
Cecília Mariz y Brenda Carranza

-Francisco en la visión los evangélicos brasileños y argentinos
Ari Pedro Oro y Erico Tavares de Carvalho Junior

-Nuevos cambios en el catolicismo brasileño: ¿un nuevo Papa, una nueva Iglesia?
Raymundo Heraldo Maués

-Representaciones del papa Francisco en Chile: imágenes, expectativas y usos
Luis Andrés Bahamondes González

-Crónica de una relación complicada: el “des-efecto” Francisco en México
Renée de la Torre

-El impacto del papa Francisco en Paraguay
José Zanardini

-El escenario evangélico en la era Francisco: lecturas y miradas desde el campo religioso peruano
Rolando Pérez

-La apuesta más difícil y arriesgada de Francisco: convertirse en el Papa de las dos Américas
Massimo Introvigne

EL PAPA FRANCISCO Y LA IGLESIA: ¿RENOVACIÓN O REFORMA?
-Reorganizar lo eterno: el impacto del papa Francisco en la Iglesia Católica
Enzo Pace

-Jorge Mario Bergoglio, un papa latinoamericano
Carlos Alberto Steil y Juliano Florczak Almeida

-El Papa “verde”
Cristián Parker G.

-Francisco, entre realismo y profecía
Ignazio Ingrao

-La agenda ecuménica del papa Bergoglio
Paolo Naso

-Una reflexión sobre la influencia “personal” de los pontífices
Cecilia Costa

-Los primeros efectos del pontificado de Jorge Mario Bergoglio en el catolicismo italiano: ¿discontinuidad o continuidad?
Luca Diotallevi

-La ética y la pedagogía del gesto y la palabra en Francisco y su impacto en los medios de comunicación
Maria Teresa Russo

-Francisco: ¿un Papa más o un pontífice diferente?
Roberto Cipriani

-Bergoglio, un significante vacío
L. Nicolás Guigou

-Francisco, un desafío a las ciencias sociales de la religión
Pablo Semán

EPÍLOGO
Alejandro Frigerio



Francisco: Entre la religión, la política y la cultura.

7 Marzo, 2017 | Escrito por Alejandro Frigerio/ publicado en DIVERSA. Red de Estudios de la Diversidad Religiosa en la Argentina.
Por Alejandro Frigerio (FLACSO-CONICET)



(Epílogo del libro: “Francisco: El Papa de América Latina”. Verónica Roldán y Alejandro Frigerio, comps. Biblos, 2017).

Múltiples evaluaciones de Francisco: los artículos reunidos en este volumen evidencian una enriquecedora heterogeneidad de recortes, perspectivas y datos. No podría ser menos, dada la variedad de académicos de diferentes países que intervinieron. Pese a ello, se pueden dividir nítidamente en dos grupos. El primero está compuesto por los análisis que privilegian una perspectiva o un recorte temático nacional: cómo el papado de Francisco ha impactado en distintas sociedades, o cómo su figura es percibida en diferentes contextos nacionales. O sea, tanto lo que Francisco ha hecho, como lo que han hecho con él, en diferentes países – una diferenciación que ya nos ha parecido relevante en otras ocasiones (Frigerio y Renold, 2014) pero que es aún insuficientemente considerada. Es más común que los análisis, ya sean académicos o periodísticos, se focalicen principalmente en la agencia de Francisco e ignoren la manera en que distintos públicos y personas se apropian de su figura y de su mensaje, resignificándolo de múltiples maneras, a través de marcos interpretativos que en ocasiones poco tienen que ver con el propuesto desde la Iglesia (Frigerio 2015). 




 El segundo bloque de trabajos se concentra principalmente en evaluar la tarea de Francisco al frente de la Iglesia Católica, teniendo como interrogante principal cómo su papado afectará o no a esta milenaria institución, y, de manera secundaria y ya más difícil de probar, si su presencia carismática conseguirá detener, o revertir, la sangría de fieles de la Iglesia.  A continuación intentaré resumir los principales ejes de análisis evidentes en estos trabajos, para establecer tanto las dimensiones de la realidad social y religiosa para las cuales una figura como la de Francisco puede ser relevante, como las maneras en que los académicos creen que lo puede ser. Intentaré brindar una reseña de las múltiples dimensiones del “efecto Francisco” apuntadas en este libro, que muestran también el estado de la agenda académica contemporánea al respecto y apuntaré algunos posibilidades de análisis futuros.

1)        Francisco en los diferentes contextos nacionales

En Argentina, donde la elección de Bergoglio como Papa ha tenido un fuerte impacto social a través de una nutrida cobertura mediática que tempranamente convirtió el tema en altamente noticiable,se está desarrollando un interesante campo de estudios que no sólo intenta comprender las dimensiones religiosas del “efecto Francisco” sino también sus múltiples implicancias culturales (como se puede apreciar en la compilación de textos de Renold y Frigerio, 2014). Estos estudios van más allá de las dimensiones usuales de análisis, como las características específicas de la Iglesia Católica en el contexto nacional, las relaciones que establece con el Estado y el grado de su preeminencia en el “campo religioso” local. También examinan cómo su figura ha sido apropiada y tematizada de maneras resonantes con la narrativa dominante de la nación; cómo fue incorporada a la “marca ciudad “ de Buenos Aires; cómo fue utilizada para la construcción de comunidades morales (primero encumbrada como líder de la oposición a Cristina Kirchner, y luego denostada como populista y demasiado cercana a ella) o cómo se dio su incorporación al panteón de seres extraordinarios con los que los argentinos o los porteños gustamos construir identificaciones colectivas -como Maradona, Gardel, Evita, el Che o Messi (ver Carozzi 2003, Frigerio 2014).
El primer tipo de abordaje, focalizando principalmente en las dimensiones “religiosas”, está representado en este libro por el trabajo de Verónica Roldán, que brinda una visión panorámica del campo de las creencias (mágico-)religiosas en Argentina, y resume los principales puntos de la actividad de Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, que prefigurarían algunas de sus posteriores preocupaciones como papa.

El segundo tipo de abordaje, ya más atento a las dimensiones “culturales” del “efecto Francisco”, está desarrollado en los trabajos de Ludueña y Ceriani. [1] Gustavo Ludueña resalta el entrelazamiento de visiones religiosas y políticas, forjadas dentro de una determinada configuración cultural nacional, que producen una visión salvífica de la elección del papa argentino, exaltada en contextos religiosos, políticos y culturales y concebida como una oportunidad de regeneración de la Iglesia, de la sociedad y de la unión nacional en pos de una mayor equidad social. Una multiplicidad de características personales, como su evidente ascetismo anterior y actual, su visión ejemplificadora de Francisco de Asís, su pasado peronista y su preferencia por una teología “del pueblo” son enlazadas, reinterpretadas y magnificadas para corporizar y sustentar estas esperanzas salvíficas. Similarmente, César Ceriani muestra cómo el nuevo Papa devino enun caleidoscopio del “deseo social” argentino, desplegando en distintos individuos y agrupamientos sociales ansiedades chauvinistas, expectativas utópicas y posibilidades de éxito político, económico, deportivo y artístico. Los argentinos “hicieron y entendieron a Francisco” poniendo en circulación y apropiando masivamente su imagen en múltiples medios, contextos y situaciones sociales. Entre los ejemplos que analiza se encuentran la instalación de su imagen santificando tanto comercios como oficinas públicas, la sacralización/patrimonialización hagiográfica de Francisco en el espacio urbano llevada a cabo por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la utilización política de su imagen por militantes de distintas vertientes políticas.
Fuera del contexto argentino, los trabajos vuelven a concentrarse más en la repercusión dentro del campo religioso de cada sociedad, o en la relación que en cada caso se establece entre Iglesia y Estado, temas -como dije- más clásicos en el estudio de la religión latinoamericana. Sin embargo, en estos análisis también aparecen, aunque de manera menos central, variables extra-religiosas como la “nación”, la política o las cuestiones sociales. La primera, principalmente en la manera en que la nacionalidad del Papa afecta las evaluaciones sobre sus obras o su recepción emotiva, en base a las imágenes que sobre “los argentinos” prevalecen en cada contexto, o en qué medida las identificaciones posibles como “latinoamericanos” resultan atractivas y crean simpatía por el nuevo Papa. La política y las cuestiones sociales se entrecruzan con las posiciones teológicas y religiosas de distintos grupos y actores sociales para evaluar los discursos y acciones de Francisco, y el menor o mayor grado de empatía con ellos.
Dos contribuciones abordan el impacto de la figura del papa entre los evangélicos latinoamericanos -la primera “minoría” religiosa. Como muestran Ari Oro y Erico Tavares, entre los evangélicos argentinos parece prevalecer una buena opinión de Bergoglio, ya que conocen y recuerdan su acercamiento a los pastores locales. Entre los brasileros, se combina una apreciación de su sencillez, junto con el  resquemor acerca de la excesiva plata invertida por el gobierno brasilero en la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Rio de Janeiro en julio de 2013. Para algunos evangélicos, la imagen del papa también es afectada por su nacionalidad argentina -vista una cierta rivalidad entre ambos países que en Argentina se restringe principalmente al fútbol, pero que en Brasil abarca otras dimensiones y toma otras magnitudes. También es necesario tomar en cuenta la disímil situación de ambos dentro de los campos religiosos de sus respectivos países. En Brasil, el mayor número y la creciente fuerza política de los evangélicos los puede llevar a posiciones más confrontativas que las de sus pares argentinos, socialmente invisibilizados frente a un catolicismo más poderoso y favorecido desde el Estado argentino. El artículo de Rolando Pérez muestra las distintas posiciones teológicas (y socio-políticas) al interior del campo evangélico peruano que influyen fuertemente en la evaluación de la figura del Papa Francisco. Algunos pastores conservadores lo ven, competitivamente, como protagonista de un posible reavivamiento de la fe católica, y otros lo consideran demasiado “liberal” en sus posiciones frente a la sexualidad (pese a que en Argentina Bergoglio lideró o acompaño una alianza estratégica con los evangélicos locales respecto de estos temas). Los más liberales ven con agrado sus opiniones sobre problemas sociales como la corrupción, la crisis ambiental, la pobreza y aprecian la posibilidad de intervenciones públicas cristianas sobre estos temas. Los sectores más progresistas de los evangélicos y los protestantes históricos se sienten aún más identificados con el crítico posicionamiento social del papa argentino.
Las visitas papales a distintos países latinoamericanos siempre tienen un impacto significativo en el campo religioso local, y muestran el inevitable rol de las iglesias locales como necesarias intermediarias de la figura y enseñanzas del Papa, visibilizando también sus intrincadas relaciones con los gobiernos de turno, dentro de una historia mayor de relaciones Iglesia-Estado. Adquieren una gran importancia social, reciben una fuerte cobertura mediática y son fuente de preocupación gubernamental, precisando además de una ostensible cantidad de recursos económicos estatales para su realización. Para el analista académico, revelan continuidades y cambios en las imágenes del Papa, muestran las particularidades de la Iglesia Católica en cada contexto social, su posicionamiento político y teológico versus el discurso social de Francisco, y su cercanía o distancia de los gobiernos- como evidencian los artículos de Carranza y Mariz para Brasil,  de De la Torre para México, de Zanardini para Paraguay, y de Introvigne para Cuba y EEUU.
El caso más claro que aparece en el volumen es quizás el de México, analizado por Renée de la Torre. El impacto global de Francisco no parecía reflejarse en tierras aztecas, donde ya las cinco visitas previas de Juan Pablo II habían establecido una conjunción notable entre su figura, la Iglesia Católica y la mexicanidad. Esta se sintetizaba en la famosa frase pronunciada por el papa polaco en su primera visita al país: “México siempre fiel”, cuyo correlato gráfico es la imagen en que la Virgen de Guadalupe lo sostiene en su regazo mientras éste le besa la mano (aún una visita casual a México permite ver la popularidad de esa imagen, y la presencia constante de otras de Juan Pablo II). La expectativa política, religiosa y académica por la visita de Francisco en febrero de 2016 -y por sus posibles repercusiones políticas y religiosas- fue apenas cumplida, en la medida en que el contacto del Papa con el pueblo mexicano fue fuertemente controlado por una Iglesia local, un gobierno y un aparato mediático recelosos de su mensaje y posiciones sociales (ver también Suarez, 2016).
En su visita a Brasil, al contrario, Francisco contó con un contexto local mucho más favorable -una Iglesia más próxima a su posición política y mensaje pastoral, y un gobierno progresista de centro izquierda-. Los resultados, por lo tanto, fueron otros. Como señalan Brenda Carranza y Cecilia Mariz, “En la Jornada Mundial de la Juventud de julio de 2013, Francisco demostró su estilo pastoral a través de la proximidad y simplicidad y postura política de cuestionamiento-denuncia. Durante ese evento, reforzó tanto la legitimidad del liderazgo papal, como los principios oficiales sobre la justicia social con un llamamiento a favor de los más pobres. (….)“.
En otro caso, intermedio entre ambos, José Zanardini afirma que en un principio, en Paraguay, la elección de un curepí  (manera despectiva en que los paraguayos se refieren a los argentinos desde los días de la Guerra de la Triple Alianza) fue mirada con recelo, pero que luego la sencillez del estilo de Francisco y varios de sus pronunciamientos sociales fueron mejorando su imagen, y la de la Iglesia local -algo deteriorada en los últimos años- hasta desembocar en una alegría generalizada por su visita en julio de 2015 (para una versión quizás menos optimista, ver Semán 2015).


Las particularidades de la cultura política de cada país y su influencia en el clero local -que van más allá de las diferentes posiciones teológicas- son evidentes también en el artículo de Massimo Introvigne sobre la visita del Papa a Cuba y EEUU. El discurso “anticapitalista” del Papa latinoamericano, común en los intelectuales del área, resulta difícil de entender por parte de varios sectores del catolicismo norteamericano y les impide apreciar que en otros temas, como los relativos a la familia y a la sexualidad, la posición del Papa es muy cercana a la suya. El autor italiano sugiere que las simpatías políticas del Papa pueden haber llevado a que no se encontrara con disidentes políticos cubanos, y que sí lo hiciera con “disidentes” norteamericanas (aunque más estrictamente se las debería calificar de “objetoras de conciencia”, ya que se resistieron a seguir directivas de su gobierno respecto de campañas de la sexualidad o del matrimonio igualitario).
Resumiendo, además de ser espacios masivos de encuentro de los fieles católicos con el líder máximo de la institución religiosa que los nuclea, y de creación de communitas religiosa intensa, de renovación y fortalecimiento de identificaciones religiosas, las visitas papales también se transforman en enormes eventos/palcos en los cuales se escenifican las relaciones de poder entre los grupos al interior de la Iglesia Católica (manifestando sus diferencias no sólo teológicas sino también políticas), así como las relaciones entre Iglesia-Estado, el poder de las grandes corporaciones mediáticas para promover ciertas agendas y no otras, y las posibilidades de cooptación o no de la Iglesia y de su máximo referente por el gobierno de turno.

2)        Francisco y/en la Iglesia Católica

El segundo grupo de trabajos, enfocados principalmente sobre la figura de Francisco y las posibles consecuencias de su papado para la Iglesia Católica, examinan las innovaciones performáticas, discursivas, teológicas o de enfoque social que parecen caracterizar el ejercicio del papado de Francisco. Permiten comenzar a evaluar, en qué medida y en qué dimensiones específicas, será un renovador o apenas un reformador de la institución que lidera. Particularmente instructivas, para ello, son las varias alusiones que se realizan a la actividad de papas anteriores -especialmente con Juan Pablo II y con Benedicto XVI- que permiten evaluar mejor el grado de continuidad o de cambio respecto de aquellos. El nivel de especialización de los autores que aquí escriben permiten una profundidad mayor en el análisis que las opiniones celebratorias periodísticas que vemos a diario, que suelen hacer gala de una memoria más corta y comparar solamente con su antecesor inmediato, o, como mucho, con los últimos años de Juan pablo II cuando su minada salud ya hacía olvidar su carisma y estilo iniciales.
Los trabajos se focalizan en la repercusión de la elección, las acciones y el discurso de Francisco tanto “al interior” (ad intra ) como “al exterior” (ad extra) de la Iglesia. Ignazio Ingrao sugiere que Bergoglio fue electo por sus entonces colegas cardenales principalmente para reformar la Iglesia pero que “su instinto y su carisma han llevado al Papa argentino a dirigirse principalmente ad extra (al exterior de la Iglesia), como líder de una Iglesia que ha recobrado, en un tiempo record, su autoridad y credibilidad.
La atención analítica a la agencia del Papa prefigura la relevancia de una “sociología de los pontificados”, como propone Cecilia Costa. Especialidad que sería particularmente significativa, como señala la autora “en la época de la espectacularización y de la personalización, en la cual el lenguaje mediático-visual tiene una creciente fuerza simbólica” y en la cual “el pontificado de una persona específica consigue influenciar los indicadores sociológicamente detectables de lo religioso”.

Algo que, precisamente, intenta determinar Luca Diotallevi, utilizando los resultados de investigaciones cuantitativas. Partiendo de la constatación de que el catolicismo italiano se está transformando en una “religión de baja intensidad”, se pregunta si la elección del nuevo Papa ha de alguna manera revertido o intervenido en este proceso. Su evidencia indica que a) la participación religiosa continúa en declive, b) que es a nivel de la identificación religiosa -que se mantiene particularmente alta- donde se puede notar un impacto positivo del pontificado de Francisco ya que el nuevo Pontífice se convierte en el referente empírico principal de la identificación religiosa y c) que ha logrado, asimismo, invertir la tendencia de la opinión de los italianos sobre la labor de la Iglesia en el país. El segundo ítem resulta particularmente interesante en la medida en que en su propio país de origen -por más que no tengamos datos cuantitativos para afirmarlo taxativamente- parece haberse dado, en los dos últimos años un fenómeno opuesto. Muchos católicos, decepcionados por lo que perciben como un excesivo apoyo de Francisco al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y una escasa sintonía con el actual, han elegido que su identificación política prevalezca por sobre la religiosa. Son muchas las personas que se consideran decepcionadas con el pontífice al que califican de “populista” cuando no también -y ya más peyorativamente- de “peroncho”. No dejan de identificarse como católicos, pero esta identificación se hace con críticas expresas y claras al actual papado.
Las acciones ad-extra de Francisco no son mensurables o analizables tan sólo en términos de los efectos del reavivamiento que pueda producir -o no- en su grey religiosa, sino también en el abordaje de cuestiones más sociales, como la pobreza, la explotación capitalista, las consecuencias inhumanas de la migración forzada, etc. Por ello, Carlos Steil y Juliano Almeida examinan dos instancias de diálogo e intermediación con la sociedad más amplia: el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, que ocurrió en el Vaticano a fines de octubre de 2014 y promovió la reunión de Francisco con por lo menos cien líderes de los movimientos sociales de distintas partes del mundo (muchos de Latinoamérica) y la intermediación de Francisco en la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y E.E.U.U.. Ambas iniciativas, según los autores, podrían tener al menos dos efectos. Por un lado, reforzar el papel de la Iglesia Católica como un global player  y preservarla de volverse una “institución zombi” (en términos de Beck, 2013). Por otro, y no menos significativamente, lograr apoyos fuera de la Iglesia para darle firmeza  al Papa frente a la curia que lo rodea (con lo cual también queda claro que la distinción entre actividades ad-intra ad-extra es principalmente analítica y no siempre clara)
Un claro ejemplo de la relevancia de estas actividades más “hacia afuera” de la Iglesia es el de la encíclica “ecológica” Laudatio Si . Para Cristián Parker, esta encíclica sería “una reflexión cristiana acerca de las desigualdades y las deficiencias del modelo capitalista de desarrollo, pero acentuando sus interrelaciones con la crisis ambiental, el cambio climático, la crisis del agua y de la energía y la necesidad de preservar la biodiversidad”. El pronunciamiento papal pone en evidencia la tensión que evidenciarán muchos de los análisis de las acciones de Francisco: resultan innovadoras dentro del contexto religioso e institucional católico, pero no lo suficiente como para satisfacer las expectativas de agentes y activistas ecológicos de la sociedad secular, o de “católicos” cuya identificación religiosa poco se corresponde con las propuestas teológicas y sociales de la Iglesia. Aún así, para Parker, esta encíclica puede considerarse como “el más completo y autorizado documento sobre la crisis ambiental global que haya emitido autoridad religiosa alguna.

Enzo Pace se concentra más decididamente en el efecto ad intra de la labor de Francisco, examinando desde la sociología de las organizaciones religiosas cómo el actual Papa está tratando de cambiar la cultura organizacional de la Iglesia, desestructurando el tipo-iglesia con una organización piramidal y de poder centralizado, dirigido por una oligarquía burocrática que apoya un poder monárquico absoluto, por otro que pasaría a efectuar la síntesis de decisiones cada vez más descentralizadas. Según este autor, “se trata de superar la estructura piramidal en favor de un modelo en forma de “estrella: ya no más “un sólo hombre en el comando”, sino un líder espiritual que dirige una serie de organismos colectivos, que pueden tomar decisiones, compartir opciones y la responsabilidad, sin dejarlo precisamente en la soledad de aquellos que deben tomar la última decisión”. Esto podría conllevar un largo, complicado y polémico proceso de reforma interna de la Iglesia, que, como podría esperarse, ya está encontrando varios tipos de resistencia dentro de la misma.

Además de hacia dónde están orientados los esfuerzos de Francisco (si hacia “adentro” o “afuera”), qué es lo que dice y hace y porqué lo hace, varios trabajos focalizan también en cómo lo hace. Así, María Teresa Russo pone el acento en la retórica comunicativa del nuevo Papa, el uso del lenguaje coloquial, a menudo improvisado, que provoca cercanía y que establece “una especie de relación de confianza personal a través del diálogo”, en el estilo de Juan Pablo I. Para esta autora, la síntesis de este estilo es la homilía que realiza casi a diario en la capilla de Santa Marta y que  revela no sólo una “clara preocupación pedagógica” sino también sería “un ejemplo de esta intención de presentarse más bien como un pastor de almas que como un magister ex cathedra“. En su famosa y extensa entrevista con Spadaro (2013),  Francisco definió la homilía como el “elemento que permite la proximidad y la capacidad de encuentro de un pastor con su pueblo”. La homilía en Santa Marta ha asumido tanta relevancia que “parece haberse convertido en el corazón del ministerio pastoral del papa Francisco” (Spadaro 2013). Este énfasis discursivo en ser principalmente “un pastor” es, según Steil y Almeida, lo que lleva al actual papa a insistir “sobre la necesidad de acogida, por parte de la Iglesia Católica, de las personas que no se encuadran completamente en los códigos restrictos de la moral cristiana. Poniéndose en contra de una postura burocrática y distante del sufrimiento humano, el papa Francisco continúa actuando como pastor compasivo y sensible frente a los eventos difíciles y dolorosos que suceden en la vida de las personas”.
La nacionalidad y proveniencia geográfica del Papa son invocadas por varios de los analistas para explicar las características centrales de su pontificado -que Parker resume como “su acento en la doctrina social, su mirada privilegiada a los pobres y su testimonio personal dado por un carisma austero, sencillo y motivador”. Para Steil y Almeida, las actitudes de Francisco fueron “forjadas en el contacto directo con los pobres y con grupos vulnerables de las periferias de Buenos Aires” y así “inscriben en una perspectiva pastoral latinoamericana en el centro de poder eclesial que contradice la práctica disciplinar y judicial de los papas anteriores”. De manera similar, Paolo Naso sugiere que para entender los cambios que promueve Francisco, “debemos considerar, antes que a su teología, su “geografía. Ratzinger veía el mundo desde el Norte de Europa (…) El mundo cristiano visto desde la Argentina del papa Bergoglio, en cambio, tienen otras formas y otros confines: en primer lugar, Europa no está en el centro en su cartografía. Esto se debe a razones biográficas, por supuesto, pero también a una visión global que parecía escapar a su antecesor para quien el destino de la Iglesia parecía coincidir únicamente con el del cristianismo en Europa”.
El fuerte énfasis de Francisco en el ecumenismo también se derivaría, según Naso, de la experiencia de Bergoglio con los movimientos de renovación espiritual latinoamericanos (tanto católicos como pentecostales). En lugar del enfrentamiento y la competencia, que parecen haber sido las modalidades preferidas de su antecesor, Francisco promueve el diálogo, en la convicción de que los reales enemigos de la Iglesia son otros: “la indiferencia, la secularización y la inacción en la evangelización”.
La relevancia de la  “sociología de los pontificados” propuesta por Costa se evidencia también en el artículo de Roberto Cipriani, quien señala que “más allá de los aspectos más vistosos de la figura del Papa”, Bergoglio no representa una novedad absoluta en la historia reciente de la Iglesia católica: “ya hemos tenido la presencia del Papa “bueno”, es decir el papa Juan XXIII, o el papa “intelectual” Pablo VI,  o el papado “breve” de Juan Pablo I, o el papado “largo” de Juan Pablo II,  y el Papa que heroicamente “renunció”, Benedicto XVI”.  Para este reconocido sociólogo italiano, “el “valiente” papa Francisco es una continuidad en la sucesión de comportamientos y eventos que no parecen registrar una interrupción sino variantes de la misma cuestión: cómo interpretar y comunicar la autoridad de una función suprema”. Como Russo, enfatiza que el sencillo estilo comunicativo y personal de Francisco es uno de sus grandes atractivos. Como Pace, pondera los efectos del papa argentino en el modo de organización de la institución Iglesia, sugiriendo que “quizás el resultado-efecto final del Papa argentino (sea): una Iglesia más sínodal en torno al “obispo de Roma” “. Sin embargo, que Francisco llegue a ser “¿un Papa más o un Pontífice diferente?”, como pregunta en el título de su trabajo, puede depender, de un factor que no ha sido suficientemente considerado: la duración temporal de su pontificado.

3) Hacia estudios futuros aún más constructivistas y reflexivos

A esta multiplicidad de perspectivas y de temáticas que brindan una mirada compleja y reveladora del papado de Francisco, propongo que habría que agregarle, en ejercicios analíticos posteriores, lecturas aún más críticas y reflexivas acerca de cómo construimos nuestro nuevo objeto de estudio (“Francisco”, el “líder global”, el “efecto Francisco”, etc.).
En su trabajo en este volumen, Nicolás Guigou señala que podemos pensar en Francisco como una superficie de inscripción de los diferentes significantes de los sujetos sociales que lo tienen como referencia, produciendo una articulación de sentidos variados (por veces en conflicto) y concebirlo entonces como un significante vacío y flotante (en el sentido de Laclau, 2009) “inscripto acorde a las coordenadas políticas y de sentido que están viviendo la Iglesia Católica y el mundo”. El trabajo de Luis Bahamondes González brinda ejemplos en este sentido, señalando cómo en Chile “su imagen no só​lo ha sido utilizada por religiosos locales (…)  sino también, por actores políticos, económicos y sociales para dar cuenta de diversas problemáticas” y cómo hasta ciertos CEOs locales han querido establecer una curiosa continuidad entre la propuesta de Francisco y su propio discurso, con la intención de “homologar las “virtudes” del Papa al gremio empresarial“. Similarmente, el artículo de Heraldo Maués muestra las diferentes apreciaciones que los posicionamientos y pronunciamientos públicos de Francisco han generado en distintos contextos y en analistas europeos y brasileros.
La conciencia reflexiva acerca de la inscripción de múltiples significados en la persona de Francisco debe extenderse también, claro, a los diversos análisis académicos que lo tienen por protagonista y formar parte de nuestra agenda futura, en cualquier “sociología de los pontificados” como la propuesta por Costa.
En primer lugar, deberíamos determinar en qué medida nuestras (pre)concepciones sobre la Iglesia Católica nos conducen a ciertos tipos de análisis y afirmaciones acerca de la magnitud de la relevancia social de su pontificado. A este nivel algo más reflexivo apunta el trabajo de Pablo Semán, cuando remarca los varios presupuestos católico-céntricos de las ciencias sociales (principalmente latinoamericanas, pero no sólo). Por un lado, afirma que solemos “sobre-ponderar la importancia del catolicismo” en nuestras sociedades, suposición subyacente a los cuestionamientos académicos de que Francisco no fue suficientemente renovador en determinadas causas sociales. Señala que “el Papa (…) no ha intentado ser el héroe de la sumatoria de reivindicaciones, que debería encarnar -según se deduce- del señalamiento de sus deficiencias frente al proyecto emancipador según la verbalización académica (..)  a pesar de que se cree que el papado y el catolicismo son incapaces de promover cambios positivos se tiene en muy alta estima el peso del catolicismo en la sociedad y por eso se le exige tanto”.
Esperamos demasiado de la vocación y el compromiso de cambio del Papa porque creemos que esto de alguna manera redundará en una sociedad mejor, más acorde con nuestras expectativas, cuando en realidad deberíamos cuestionar también el peso del catolicismo actual para lograr algún cambio social. ¿Qué consecuencias sociales relevantes puede tener que el catolicismo cambie su posición frente a los divorciados, si las personas se divorcian cada vez más y hace rato que no se preocupan demasiado por lo que pueda decir la Iglesia al respecto? Similarmente, ¿qué consecuencias sociales relevantes puede tener que el catolicismo “acepte” la homosexualidad en sociedades en las cuales ya existe un matrimonio igualitario legal?
Como he argumentado en otro trabajo, nuestra sobre-ponderación de la influencia social del catolicismo se apoya, principalmente, en la desmedida importancia que seguimos brindándole a las identificaciones religiosas (“el xx porcentaje de la sociedad se declara católico”) cuando éstas poco se corresponden con cierta participación o tipo de creencia religiosa (Frigerio 2007). En nuestras sociedades actuales, al menos, que una “mayoría” (cada vez más declinante) de la población latinoamericana se identifique como “católica” no significa que la Iglesia Católica posea la influencia significativa (religiosa o moral) que parecemos asignarle sobre esta mayoría de la población. Citando nuevamente a Semán: “..los cambios que está viviendo el catolicismo no son tanto para cambiar la sociedad como para mitigar el descomunal delay que soporta el catolicismo en relación a la mayoría de las  sociedades en que se inserta, y que cada vez se alejan más de sus prescripciones y sus instituciones”.  Consecuentemente: las sociedades viven un proceso de largo plazo de descatolicización que tiende a dejar las categorías catolicocéntricas de las ciencias sociales de la religión en off-side“.
Además de reconocer y relativizar nuestros presupuestos católicocéntricos, debemos comprender mejor las construcciones sociales de la persona/personaje de Francisco, tomando en cuenta el importante rol que cumplen determinados mediadores entre su persona y los fieles católicos, y debemos considerar también las múltiples apropiaciones que éstos realizan de su imagen y de su persona.
Para esto es necesario principalmente focalizar más el análisis en el rol de los medios en la construcción del personaje “Francisco”, de su “estilo” y de sus “gestos”. Es preciso entender mejor cómo los medios también ayudan a construir su “carisma” personal -que tomamos casi como un hecho “objetivo”. Aún no hemos considerado significativamente en nuestros análisis la manera en que los medios enfatizan ciertas frases, ciertos “gestos” y determinadas partes del discurso papal, relevantes para sus propias agendas o contratos de lectura con sus lectores y cómo silencian o desatienden otras frases, pronunciamientos y posiciones papales -a veces más efectivamente relevantes por su carácter más formal-. Esta construcción mediática de Francisco, en una dimensión política, fue muy evidente en Argentina, por ejemplo, cuando fue primero presentado y alabado por los medios como “el líder” de la oposición a Cristina Fernández de Kirchner y luego (no tan directamente, pero sí claramente) criticado por estar mostrarse demasiado cercano a su gobierno -cuando el propio pontífice siempre fue relativamente parco en sus declaraciones a favor o en contra de los distintos gobiernos nacionales.
Otro importante factor de (inter)mediación aún poco estudiado son las iglesias locales, que, como muestran varios de los trabajos de este volumen, pueden tener mayor cercanía o distancia respecto del mensaje del pontífice o, también, poseer representantes locales cuyo carisma está lejos de corresponderse con el que ha mostrado Bergoglio desde su elección como papa. Así, por ejemplo, en la festividad porteña de San Cayetano, los miles de fieles que se movilizaban por el patrono del trabajo entre múltiples imágenes y merchandising de un sonriente y popular Francisco, recibían en cambio una bendición presencial por intermedio de su bastante menos simpático sucesor como arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, quien avanzaba con el ceño fruncido y el gesto adusto, entre la multitud (Cecilia Galera, comunicación personal de sus notas de campo).

Nuestro católico-centrismo y sobre-ponderación de los efectos sociales del catolicismo se extiende también y sobre todo al propio campo religioso. Prestamos más atención a la agencia del Papa y de la Iglesia y mucha menos (o ninguna) a las múltiples y muy diversas maneras en que las personas se apropian de sus símbolos y parte de sus creencias y prácticas. Como señalé al principio de este artículo, no sólo es relevante examinar qué es lo que Francisco hace, sino también lo que las personas hacen con y de él;  la manera en que se apropian de su figura y de su mensaje, resignificándolo de múltiples maneras, a través de marcos interpretativos que en ocasiones poco tienen que ver con el propuesto desde la Iglesia, desde los más cosmológicos  y holistas, a los más autónomos y anti-institucionales.
Si, como bien afirma Costa, “la acción de los Pontífices, en efecto, parecería transmitir un modo menos filtrado institucionalmente de adhesión a la creencia – no por presión sino por atracción– y por eso mismo, casi en línea con los aspectos de la piedad popular” tampoco debemos exagerar las dimensiones individualizadas de la creencia religiosa. Es preciso recordar que siempre está embedded (insertada) en, o proviene de, algún tipo de contexto social -que no necesariamente es el propiamente religioso (o el de la institución religiosa, recordemos el rol cada vez más creciente de los medios en la difusión de creencias religiosas) pero que siempre excede la causalidad propuesta por un individualismo radicalUna apreciación cada vez más cabal de los múltiples impactos del pontificado de Francisco debe contemplar estas diversas dimensiones de la realidad social.
[1]  Al mencionar autores, sin año de publicación, me estoy refiriendo a las contribuciones en este volumen.

Referencias bibliográficas
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