Curador: Rulfo
Desde el 6 de diciembre al 12 de febrero.
Ver ReNación en:
https://vimeo.com/231942083
Ver ReNación en:
https://vimeo.com/231942083
Uruguay trasmutado: de fragmentos, trozos y re/ naciones.
L. Nicolás Guigou
Se nos ha dicho que las mitologías nacen y renacen por la
ausencia de racionalidad de los seres humanos, por su desconocimiento e
ignorancia, por la búsqueda de explicaciones mágicas e inmaduras. Por cierto,
las producciones mitológicas remiten a una racionalidad más profunda –la de la
especie humana como un todo- que opera con fragmentos de discursos, trozos y
resacas de acontecimientos, ordenándolos de una manera singular, apenas legible
por la leve pátina que conforma nuestra supuesta conciencia.
Hay en la producción mitológica una sabiduría anterior a la
razón desencantada, argumentativa y reflexiva, que intenta explicar la
totalidad a partir de un canon ya no únicamente domesticado, sino limitado en
sus posibilidades.
Es una razón profunda, la mitológica, sin duda. Su verdad no
estriba tanto en contenidos, sino en las formas múltiples con que esta razón
concatena elementos de manera voraz y permanente. Y esa extraña sintaxis nos
resulta a la vez que conocida, familiar e íntima, profundamente alejada, confusa
e inclusive, riesgosa.
Los mitos históricos, los que conforman nuestra
historicidad, son tal vez los más amigables –por cercanos- al mismo tiempo que
por su permanente martilleo sobre nosotros mismos, los más frágiles, cuestionables,
diagnosticables y pasibles de ser analizados desde una perspectiva que supone
abarcarlos como mera invención.
Es así que las mitologías nacionales
–que descansan sobre la piedra angular
–que descansan sobre la piedra angular
y las reglas de comunicación del pensamiento mítico de la
especie
y por otra parte, son constreñidas por la razón utilitaria de ser
sometidas a los proyectos políticos
sometidas a los proyectos políticos
de tal o cual estado- se encuentran en constante cuestionamiento,
inclusive cuando se exhiben
inclusive cuando se exhiben
en su seguridad
patriótica, con sus héroes fundacionales, sus
leyendas de sacrificio y valor,
leyendas de sacrificio y valor,
sus himnos, sus valores y tradiciones perennes e incambiables,
su vocación de construir empatías
colectivas y generar comunidades con un destino común.
su vocación de construir empatías
colectivas y generar comunidades con un destino común.
Cuando las mitologías de la nación dejan de relatar, cuando
las
narrativas comienzan a presentarse
narrativas comienzan a presentarse
deshilvanadas,
cuando la comunidad deja de creer en sus mitos, pero sobre todo,
cuando se comienzan a inventar,
descubrir o visibilizar
(utilizando todos los intersticios del caso) otros y
otros mitos,
es que la necesidad de tomar los viejos trozos simbólicos de la
nación, se vuelve casi
una tarea urgente, una necesidad para que otras
racionalidades, afectividades y símbolos
emerjan o simplemente, se dejen ver.
Tal parece ser la voluntad antropológica y simbólica de
Federico Arnaud en su geografía del martillazo:
Federico Arnaud en su geografía del martillazo:
extraer, parir, crear los trozos de un Uruguay por la dura
vía del martillo.
vía del martillo.
Pero no se trata de un mero afán destructivo, tanático,
sino de una transmutación, -como en las viejas alquimias,
tan emparentadas simbólicamente
tan emparentadas simbólicamente
con los mitos- de manera de abrir el juego,
y que estos restos de acontecimientos- discursos-cemento,
y que estos restos de acontecimientos- discursos-cemento,
conformen otra situación mitológica que ninguna proyección
puede todavía adivinar,
puede todavía adivinar,
salvo en las inquietantes dimensiones míticas que todos
poseemos (o bien nos poseen) y que resultan,
poseemos (o bien nos poseen) y que resultan,
en sus claves comunicacionales, un secreto para nosotros mismos.
Los Uruguay que puedan emerger de esta experimentación,
de la recomposición
de la recomposición
de los fragmentos patrios, resultan parte del juego de azar
que esta re/nación,
que esta re/nación,
esta mitología re-emergente prometa.
Y en la promesa, hay siempre una posibilidad de futuro.
Y en la promesa, hay siempre una posibilidad de futuro.